Básicamente, no podemos decir eso de que fue por instinto natural, sino mas bien por cabezonería de los abuelos. Algo así como que sino andaba el mundo iba a parar de girar, asi que a base de chantaje y de un par de días que me quede solo con ellos, por no oírlos mas, empecé a caminar!!
Y con ese día se acabo la tranquilidad de mis progenitores, porque ahora soy capaz de ir de aquí para allá y volver, o coger y llevar. El caso es que me da tiempo a llegar a la comida de kaki y luna sin que mis papis se enteren y no sus podéis imaginar lo chulo que esta coger el agüita y echársela por encima, pero eso os lo cuento otro día.
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